Medio ambiente, la asignatura pendiente del "contamina" que algo queda.

Recientemente tenía conocimiento de la lamentable noticia de que el Ayuntamiento de Barcelona despertando de la letanía y tras supuestamente cotejar sus registros con Hacienda, descubría un nicho susceptible de pago.Y frotándose las manos, procedía alegremente a cobrar de golpe, los cuatro últimos años de la tasa de recogida de residuos comerciales a los autónomos. Ahí es nada, sensibilidades del estimado Ayuntamiento con la coyuntura actual y escrúpulos al margen, a mi me generaba una vez más, la reflexión relativa al uso y sentido que actualmente nuestra administración da a las políticas medioambientales.
Recuerdo yo que cuando cursaba el bachillerato tuve un par de asignaturas a las que llamábamos algo así como Asignatura optativa de libre elección. Tremendo eufemismo lo de optativa y aun más lo de libre elección, puesto que eran asignaturas que te asignaban al azar y dependiendo del grupo y el apellido te tocaba una María o un lastre, yo en mi línea de no hay mal que por bien no venga, cursé Mitología Greco-Romana y Botánica, en fin cosas que pasan. Mementos al margen, me sirve el símil para ejemplificar la tendencia común desde nuestras instituciones a dar el tratamiento de asignatura optativa de libre elección, en realidad obligatoria, a todas las políticas medioambientales realizadas. Asignatura absolutamente al margen del currículum por así decirlo, cuyo sentido y aplicación son de dudosa utilidad demasiado a menudo y cuya implementación siempre se realiza al margen absoluto de cualquier otra acción.
Y como si de una asignatura al margen se tratase, desarrollan las campañas pertinentes o en su defecto las cuotas y tasas correspondientes convirtiendo una vez más a los ciudadanos en meros sujetos pasivos, que pagan por sus residuos o visualizan las preciosas campañas de toda índole, desde la más absoluta y total actitud pasiva. Bonitos carteles y folletos, animando al ahorro, el reciclaje, etc…o incluso actualmente que está de moda por ejemplo, preciosos carriles bici en trazados del todo inoperativos suponiendo un total y absoluto engorro para la movilidad de la zona afectada y complicando aun más el aparcamiento vecinal, en zonas por donde no existe ni va a existir recorrido de uso ciclista.
Estoy convencida, que es francamente imposible introducir un cambio significativo en nuestra sociedad en términos medioambientales, mientras nuestras instituciones no cambien por completo su visión de las políticas medioambientales para empezar, y dejen de darle un tratamiento secundario al margen de las demás intervenciones, convirtiendo el cuidado del medio ambiente en la vigilancia y el cobro postcontaminación en uno u otro ámbito, o en políticas de postín y decoración que solo son capaces de generar el recelo y antipatía de los vecinos produciendo por supuesto el efecto contrario deseado.
Las políticas de medio ambiente debe ser parte indispensable en todas y cada una de las acciones que cualquier institución realice empezando por los ayuntamientos, diputaciones, y entidades públicas ejemplificando con políticas de ahorro y reciclaje en todos los ámbitos de la administración, en sus instalaciones y por parte de todos los funcionarios y trabajadores implicados y continuando por la exigencia de protocolos de riguroso cumplimiento para todas los proveedores de servicios y productos contratados por esta.
En cada acción, en cada proyecto, en cada intervención, debe contemplarse y considerarse la implementación del factor medioambiental antes de realizarlo e integrarlo en su diseño, en los proyectos, en su misma definición, dentro de cada acción, presuponiendo su impacto, no como asignatura alternativa al margen posterior o tras la ejecución de las acciones una vez se aprecian las consecuencias. Y mucho menos convertir estas cuestiones en meros canjes de una promesa electoral sin ningún fundamento, como viene haciendo recientemente el Govern de la Generalitat en relación a la limitación de la velocidad. Dado que pese a que los informes científicos han demostrado que la limitación de velocidad disminuye la contaminación y la siniestralidad en el conjunto de todo el periodo estudiado, en un primer momento, el Govern ha negado los datos proporcionados por los informes técnicos, desautorizando a los expertos en un ejercicio irresponsable de anteponer los intereses políticos a la evidencia científica.

Y por supuesto, para esperar, exigir o contar con la colaboración y participación de la ciudadanía en la preservación del medio ambiente, antes deben informarse y sobretodo facilitarse esas acciones individuales. Antes de exigirle un pago por resolver o solventar el tratamiento de los residuos medioambientales por ejemplo, deben darse las opciones necesarias para contaminar menos o reciclar.
Por poner el ejemplo más simple; “Para poder mantener una calle limpia, antes que multar por ensuciar o gastar en operarios de limpieza, quizás deberían ubicarse papeleras”, no?
Recuerdo que hace ya bastante tiempo, en mi municipio, el ayuntamiento desarrollo una concienzuda campaña de educación medioambiental para la separación de residuos en pos del reciclaje, los vecinos recibimos puerta a puerta, la visita de dos agentes medioambientales que nos aleccionaban sobre los distintos residuos que existen, donde deben depositarse cada uno etc y nos obsequiaron con un pequeño cubo y unas bolsas para el reciclaje de materia orgánica. Personalmente para mi, esa fue la mejor campaña de concienciación y sensibilización que he recibido nunca, desde entonces reciclo e incluso incordio a propios y extraños al respecto. No obstante cuando acoso y persigo a mis allegados para inducirlos al reciclaje y la separación de residuos, lo primero que me recriminan es cuando no tienen o no saben o no pueden acceder al punto de recogida o deposito de ese residuo.
No me penalices por contaminar si antes no me premias por reciclar, y aun menos si no me explicas cómo he de hacerlo y todavía menos si ni siquiera me facilitas la acción.