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martes, febrero 15, 2011

Redes Sociales; Dinamita marca ACME

Me gusta leer, siempre me ha gustado, aun me acuerdo del primer libro que me regalaron, de encuadernación roja, pequeñísimo, con ilustraciones sin color, era una escueta versión de Alicia en el País de las Maravillas. Lo conservé durante mucho tiempo desde mucho antes de aprender a leer. Ese hábito de lectura me ha acompañado siempre, e incluso hoy en día, me ha permitido descubrir la que parece ser la única fuente de información crítica y veraz existente en la actualidad, las redes sociales. Como una telaraña que te lleva a los sitios y las personas de la forma más imprevisible, la información fluye rápida como la pólvora, sencilla, ágil, real, sesgada solo por la subjetividad, no por los intereses y las manipulaciones de los medios de comunicación y eso ya es mucho.
Acompañada por los simples ciudadanos, esos ciudadanos inquietos y hastiados que por fin encuentran una vía de expresión y comunicación, una vía que tal y como hemos visto recientemente en Túnez y Egipto puede conducir y desembocar incluso en la acción. Libres del condicionamiento, de la impune distorsión, de la manipulación y del sesgo, las impresiones e inquietudes de la ciudadanía corren a través de las redes. Nunca antes pudimos acceder a la información narrada en primera persona, de una manera tan fácil y sin tapujos y aunque en ocasiones de forma burda y desorganizada, lo cierto es que casi podemos palpar su peso en los acontecimientos y desde luego su lastre e influencia en aquellos que realmente deberían facilitarnos la información.
Y es que ¿Qué rediantres les sucede a nuestros medios de comunicación?¿Siempre ha sido así? ¿Qué fue de aquellas máximas del periodismo? Sí aquellas enunciadas por doquier, el famoso “Quien, que, donde, como ,cuando, porque…”.Y si la noticia es referida a periodismo político, mejor ni pensarlo.
Dice el wikipedia ; Periodismo político, se refiere al análisis y a la información relativa a las actividades relacionadas con la política (tanto nacional como internacional), el Parlamento, los partidos y todos los componentes del poder formal en la sociedad. Debe intentar practicar la independencia frente a cualquier inclinación política.
Al margen de la última frase que me hace pensar como decía Protágoras que "Sobre todas las cosas pueden hacerse dos afirmaciones exactamente contrarias", a mi lo que más me desconcierta es lo referido a informar sobre “actividades relacionadas”.
Respecto a informar sobre "los partidos", que duda cabe que reflejar reflejan por doquier los medios de comunicación. Cualquier periodista político que se precie y el que no también, habla de unos, de otros, polémicas varias, primarias varias de postín, congresos y sus cosas, con mayor o menor gracia, pero sí , se refleja en nuestros medios de comunicación, al más puro estilo amarillo, eso sí. Sobre todo las debacles, batallas y guerras internas, cuestiones estás por otro lado nada originales, si no más bien inherentes al género humano y su organización en colectivos. Pero ¿Y lo relativo al parlamento, al congreso? ¿Lo relativo al trabajo real de nuestros políticos?
No entiendo porque solo conozco a través de los medios de comunicación las declaraciones que unos y otros hacen, lo que dicen, no lo que hacen. A bombo y platillo, con más o menos gracia, que hay cada uno cuya capacidad comunicativa brilla por su ausencia. Declaraciones a veces estúpidas, otras grandilocuentes y las más veces vacías por completo. Pero nunca, NUNCA me informan sobre qué proponen y aprueban unos y otros, y sobre todo qué votan unos y otros a la hora de la verdad, todos y cada uno de ellos, no lo que dicen que van a hacer, si no lo que realmente hacen , pero todos, sin excepción, cada día. ¿Cuál es realmente la labor diaria de nuestra casta política? Y es que solo muy excepcionalmente, de vez en cuando, así de soslayo y como el que no quiere la cosa, te enteras de refilón y siempre en prensa, de una u otra propuesta, siempre eso sí que la propuesta no la hagan de color magenta, entonces como si del Necronomicón se tratase, ni harto vino el periodista de turno va a mencionarlo, llegando a situaciones surrealistas en las cuales como si se hablase del pecado pero no del pecador, leen textualmente un enunciado en el que solo le falta el nominativo ausente, desconocido y obviado pero existente, mejor ni plantearse el porqué que incluso da miedo.
Me viene a la cabeza esa frase tan socorrida y que quizás se aplica perfectamente a esta cuestión , “¿Quién le pone puertas al campo?.
Tiempo al tiempo, en esta vida es bien cierto que todo cae por su propio peso, quizás las redes sociales den ese último empujón.

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