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miércoles, abril 28, 2010

Alicia en el pais de las maravillas

“A falta de pan buenas son tortas”, ni que decir tiene que la frase en si tiene miga y no pretendo hacer un chiste, y menos con la que está cayendo, que si te descuidas y sales sin paraguas a la calle en estos días por la mínima te cae una depre, un soponcio, un coscorrotazo o una retahíla de improperios, eso si no te llueven papeleras o botes de pintura.
Andan los ánimos bien caldeados, y con la calorcita de la primavera que la sangre altera, parece que a más que va. Yo por si acaso y siguiendo el consejo del refrán no me quejo de lo que tengo, y es más, a falta de rosas San Jordieras, me he autoregalado un libro por el día del libro. Porque yo lo valgo, puro y duro “autoreforçament positiu” como dicen en psicología.
Como apreciareis lo escribo en catalán, y es que yo ciertos cajones los tengo en una lengua y otros en otra, es lo que tiene el bilingüismo profundo que no la ignorancia profunda, pese a quien le pese, es multifuncional y tolerante cien por cien. Porque haberlos hay los como las meigas, sí, sí, no somos una raza extinguida, los bilingües existimos, curiosos donde los haya podemos pensar a veces en una lengua y a veces en otra dependiendo del momento, contenido, el interlocutor, de las emociones…en fin de un montón de variables, también he de reconocer que a veces nos hacemos unos líos del carajo manteniendo conversaciones a tres bandas en dos lenguas a la vez, buf de lo más entretenido.
Pero no entraré en más disertaciones al respecto que luego me la gano por ufana y busca razones, o por propagandista o ves a saber que más.
Al caso, pues ello, me he comprado un libro, de bolsillo, que son los que a mi me gustan, prácticos, de tamaño más reducido y fáciles de llevar, en fin, como la propia existencia si uno se lo propone. Este en concreto es un diccionario muy especial, con ilustraciones y todo, para ilustrarme un poco por aquello de mi constante ignorancia en crecimiento. Y siguiendo uno de esos consejos de lingüistas que se precien, he decidido cada día descubrir una palabra nueva. Empecé el mismo viernes 23 de Abril, la primera palabra, así al azar, fue País, anda que no, la que se me lió en un momento, la única acepción que me quedó clara fue la relativa a salchicha, y no caeré en la tentación del chiste facilón. Es en lo que parece unificar criterios el dichoso diccionario sin entrar en conflicto, al parecer esa palabra se usa para definir un tipo de salchichas, “las salchichas del país”. Y no se si será muy mal sonante hacer un juego de palabras, pero entrando en términos culinarios no se ya de salchichas, pero de huevos el país que duda cabe que va bien servido, o bien puesto diría yo, aiss señor, bueno no me encaminaré por esos derroteros que está feo.

El caso es que respecto al sentido de la palabra país, no fui capaz de sacar el hilo del entramado, ¿Puedo o no puedo usar esa palabra? Al parecer depende de respecto a qué hable y según quién me oiga, es la leche, la misma palabra puede ofender desde a los más castizos hasta los más autóctonos,depende de la cantidad de rayas que tenga la bandera, cansino el tema también.
En definitiva,ya la he apuntado en la lista de palabras caídas en desgracia, he cogido una libreta grande para irlas apuntando que me parece que tengo para unas cuantas. Aiiss que complicado que está resultando hablar en esta tierra, que no país, llega un punto que resulta más atrayente darse un garbeo por “el país” de la tal Alicia y sus maravillas, que aunque deambule una reina que corta cabezas al menos sabes de donde te vienen las cartas armadas,que aquí a la que abres la boca se te atragantan las palabras.
A mi parecer el éxito en esta vida va a residir en el termino medio y el equilibrio, y por ende en el sosiego y la templanza que parece andamos todos muy justos últimamente.
En fin, me parece que voy a optar por elegir yo las palabras a aprender cada día en vez de hacerlo al azar, y es que a mi llámame rarita, me gusta más conocer bien palabras como trabajo, desempleo, vivienda, hipoteca, educación, fracaso escolar, salud, e incluso tiempo de ocio…

Y hablando de ocio, el otro día hice uso del “nit bus” que conecta la gran urbe con nuestro municipio, y al margen que estuve muy tentada a quedarme a vivir dentro por la enorme inversión de tiempo que implica, uis que vuelta da y que sueño por dios, lo recomiendo a todos los insomnes.Fuimos de ruta turística por el barrio de Santa Elvira Can Cuyas, en fin pese a las intempestivas horas, todo un descubrimiento de cómo ha cambiado el barrio.
Me tengo que acordar de buscar en el diccionario la palabra “transporte y conexión entre barrios”, claro que igual es demasiado larga o compleja, y harto complejo debe ser llevarlo a término en acciones porque si no no se explica porque mi pueblo ha pasado de ser Montcada a ser Las MOntcadas, separadas y desvinculadas, esto debe ser porque son las partes de un todo que conforman ese gran país Montcandense.

martes, abril 13, 2010

Desconcertante desigualdad


Leía recientemente en una viñeta a Mafalda justificando la tendencia al sobrepeso en las mujeres a medida que envejecemos, que según ella esto ocurre porque acumulamos mucha información en nuestra cabeza, y claro, llega un punto en que tanta información no cabe en nuestra cabecita. Así que esta información acumulada empieza a distribuirse por todo el cuerpo. O sea que no me sobran kilos!!Soy culta!! MUY culta!!.Aunque sinceramente, me temo que solo lo soy en un sentido Mafaldero, porque a nivel intelectual yo me siento cada día más socrática, y solo se que no se nada. O mejor dicho, cada día descubro algo nuevo que no solo no entiendo, si no que entiendo menos que antes.
Como ejemplo, hay que ver lo que me ha costado entender el funcionamiento de nuestro sistema electoral, es más todavía estoy en ello.
Es bien molesta ,esa sensación de perderte algo importante respecto a cualquier cosa que sucede o te explican, y aunque el global te queda claro, tienes la sensación que algo se te escapa, como si parte de la historia te fuera completamente ajena o estuviera explicada en términos o en un lenguaje ajeno a tu realidad. Mas o menos te quedas “con la copla”, pero no acabas de verlo claro, quedando un regusto a ciertas limitaciones de mi nivel de comprensión. Claro que no hace mucho alguien me hacía reflexionar que quizás no era tanto mi ignorancia de oyente simple como la ignorancia de orador complejo.
Pues esa sensación me viene invadiendo periódicamente cada cuatro años, cuando sentadita delante del televisor a las “taitantas” de la noche, intento entender lo que me cuentan los señores periodistas y analistas sobre el resultado de las elecciones en las que acabo de participar ese mismo día.
La pregunta que me surge en esas periódicas circunstancias es ¿Pero aquí exactamente como se cuentan las cosas?¿ 1+1 son 2?¿ El que más votos tiene gana? Pues no, resulta que no es así.
No todos los votos son iguales, no tienen el mismo valor, depende de a quien votes y donde. Sorprendente, ¿verdad? a menudo tiene uno la sensación de que vive en la Parra.
Y es que el peso de los votos, se viene calculando en función de una formulación matemática, un sistema ley D´hont, me niego a ni intentar averiguar cómo, las matemáticas y yo nunca nos hemos llevado del todo bien, nos toleramos mutuamente pero no hay gran afinidad. Un sistema que, de modo aproximadamente "proporcional, calcula dando el peso en base a una circunscripción por provincias, favoreciendo a las candidaturas más votadas (bipartidismo) y a las más concentradas geográficamente. Porque tal y como he podido leer, ”de la muy desigual distribución provincial de la población en España, resulta que aplicando la Ley d 'Hont en Teruel, por ejemplo, son necesarios 18.000 votos para sacar escaño y en Soria 22.000, mientras en Madrid son necesarios 92.000 y en Barcelona 90.000”. Esto conlleva que un partido puede sacar x escaños en algunas provincias pequeñas y con esa misma cantidad de votos no llegarían ni por asomo para obtener un diputado estando en otra provincia mayor como Barcelona. Así pues un voto de las provincias pequeñas vale por dos o tres de las más pobladas.
Y aunque el sistema D´Hont pueda ser en su definición proporcional, lo que no lo es, es la distribución de escaños a las circunscripciones electorales. ¿Que sentido tiene que se apliquen criterios de territorio y no de población a esa distribución?. Los que votan son los ciudadanos y no los territorios, vamos digo yo. Y mi opinión y voto debería valer lo mismo que la de cualquier otro ciudadano, ¿O no?

Curiosamente cuando intentas comentar toda esta situación, un punto Quijotesca, a tus contertulianos del café o la copa, te suelen mirar con cara de “tremenda milonga nos está contando la niña esta”, y si no fuera por lo de niña, que siempre agrada cuando las patas de gallo ya han hecho su aparición, lo cierto es que resulta un poco frustrante la falta de credibilidad que suscita el tema. Pero tal cual lo cuento es, ese cálculo, no solo arrebata la posibilidad de tener la misma igualdad a todos, si no que en definitiva justificaría que una fuerza política pueda perder por votos y gobierne por escaños.

En resumen, vuelvo a estar de nuevo perpleja y desconcertada y es que como dijo Einstein: Cada día sabemos más y entendemos menos.

jueves, abril 01, 2010

Psicoanalistas Veterinarios


Me tomo la libertad de compartir el siguiente escrito del Sr.Moya. Es,a mi parecer, como mínimo una interesante reflexión en relación a esa tendencia a la paranoia como recurso de adaptación más o menos acertado del ser humano, sobre todo en ciertos momentos y ciertos entornos.

"Columna de Humo" por Dixon Moya
BREVE NARRACIÓN SOBRE UN CUADRÚPEDO RUMIANTE, LÁCTEO Y ESQUIZOFRÉNICO (O CUENTO SOBRE UNA VACA LOCA).
Bajo la niebla de la mañana londinense, una enorme señora abrigada con sombrero y gabardina entra al consultorio de un prestigioso psicoanalista veterinario, en búsqueda de solución a su problema. El afamado especialista la recibe, y sin dejar que ella diga ni "mu" la hace recostar en el diván.
- Nombre?
- Lady Vaca de Toro.
- Profesión?
- Elaboro productos lácteos y pasteurizados.
- Cuál es su problema?
- Doctor, sufro delirio de persecución. Siento que en la calle todos me miran, me señalan, me siguen, me quieren asesinar o acecinar, para el caso da igual.
- Por qué cree eso?
- Porque lo he soñado doctor, sé que me quieren matar de una manera lenta y dolorosa: despellejada, degollada, cortada en pedacitos, asada, frita en aceite hirviendo...
- Pero mi Lady, con qué intención desearían matarla?
- Para comerme doctor. Acaso no es obvio que soy generosa en carnes?
- Ya veo. Usted ha tenido alguna experiencia traumática en su vida?
- Si doctor, el asesinato de mi primer esposo.
- Cómo ocurrió?
- Fue durante nuestra luna de miel en España, fuimos invitados a una corrida, algo típico en ese país. Convencieron a mi esposo de participar en esa primitiva fiesta, él bajó al ruedo con toda su gallardía y flema inglesa, cuando de repente se apareció un loco ridículamente vestido, quien agredió a mi esposo con una espada gigantesca, fue terrible.
- Entiendo, entiendo.
- Luego volví a casarme, aunque la verdad...él me ha sido infiel.
- Le ha puesto los cuernos, metafóricamente quiero decir.
- Podría decirse. Aunque él se justifica diciendo que son gajes de su oficio.
- En que trabaja?
- Es semental.
- Bueno, ahora hablemos de su niñez.
- Fui una niña muy consentida, recuerdo que mis padres me arrullaban con una canción: "Soy una vaca lechera, no soy una vaca cualquiera...". Usted la conoce?
- En otra versión. Pero volvamos a su creencia, por qué piensa que la gente quiere matarla para comérsela?
- Porque soy sagrada doctor.
- Sagrada?
- Sí doctor, eso lo descubrí en un viaje que hice a la India, usted sabe, esa excolonia nuestra en el Asia. Allí las gentes me adoraban como una diosa, se inclinaban ante mi paso, era mucho más importante que la reina y toda la corte inglesa. Ese es el motivo, me tienen envidia.
- La entiendo mi Lady. Por favor espere un minuto, tengo que hacer una llamada.
Al regresar al consultorio, el psicoanalista veterinario no encuentra a Lady Vaca, pero en su lugar halla una nota con el siguiente texto: "Lo siento doctor, pero descubrí un destello de maldad en su mirada, creo que usted también desea matarme, o por lo menos piensa que estoy mal de la testa. Prefiero aguantar el calor de la India, allí estaré segura y nunca me gritarán que soy una vaca loca, más loca que una cabra y eso mucho menos lo acepto."