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sábado, noviembre 30, 2013

NO HAY MAYOR VIOLENCIA QUE LA DEL SILENCIO

En Mi tierra, andamos en las antípodas de ese honorable axioma que dice aquello de "no comparto tu opinión pero defenderé tu derecho a expresarlo". Es más, en MÍ tierra, si discrepas públicamente del buen hacer y la defensa y objetivo único prioritario de la independencia, otorgas  patente de corso para ser objeto de descalificaciones, insultos, mofas...y ahora incluso ya puedes pasar a engrosar la lista de los enemigos de la patria, la de los malos catalanes, esa elaborada, no lo olvidemos,desde las propias instituciones públicas, el CAC. Y no solo eso, por disidente, por no comulgar con el ideario de la estelada, puedes ver como ocupan tu casa,te agreden para echarte a la fuerza de la misma y destrozan el mobiliario.Todo con el vano propósito de manifestar su oposición a tu opinión,tu persona y en definitiva tus ideas.
Aunque lo realmente espeluznante ,lo terrible y en definitiva lo que da más miedo, ya no son solo los descerebrados,desgraciados que se creen con total impunidad para violentar a aquellos que no compartimos su doctrina, no..Por desgracia,de esa calaña haberla hayla por doquier y de todos los colores y orientaciones. Lo deleznable son aquellos que lo justifican aduciendo libertad de protesta, los que argumentan nos merecemos los desprecios, o aun peor, los que hablan de hechos aislados.Uno detrás de otro claro. 
Pero de todo ello lo más preocupante, es vuestro silencio. 
El de los que calláis,los que miráis a otro lado,los que le quitáis importancia,los que con vuestro silencio,nos destináis al ostracismo y nos abandonáis en manos del maltrato creciente cuyas consecuencias finales pueden ser más que imprevisibles ciertamente predecibles. Lo espeluznante no es tan solo la violencia gratuita,sino vuestra mirada de soslayo dudando de su existencia o justificando su presencia. Porque quizás no haya mayor violencia que la de vuestro silencio.
Y es que no hay mayor verdad que la que reza "temo el silencio de los buenos".                                   

domingo, noviembre 10, 2013

La Sociedad catalana y el código binario


Me temo hoy día nadie puede negar coexistimos con una realidad definida en código binario. El famosísimo código de 0 y 1, que conforman no solo toda nuestra tecnología digital, si no que cual Matrix, envuelve todo y toda nuestra realidad. Nos movemos en un permanente 1 o 0, todo o nada, pensamiento único en el que al parecer todo es excluyente, si eres una cosa no puedes ser otra, si eres catalán no puedes ser español y viceversa, si no eres nacional catalanista entonces eres nacional españolista, o 1 o 0. E incluso traspasa los límites de toda lógica y establece dicotomías tan absurdas e irreales como condicionar el derecho de uso de una lengua materna a que no exista el mismo derecho de los que hacen uso de  otra lengua materna, en una sociedad eminentemente bilingüe en la que vivimos. Al parecer en algún momento alguien decidió que eran incompatibles, pese a que convivimos desde hace tiempo los que tenemos una lengua materna y otra, sin que ello nos suponga la extinción de ningún uso.
Pero así vamos, inmersos en un bucle constante de dicotomías en las cuales se afanan por ubicarnos reiteradamente todos esos que se empeñan por mantener semejante despropósito. Con el obsceno deseo de mantenerse a toda costa, precisamente a eso, a costa de , de toda esta realidad al más puro estilo Matrix.

Un Matrix donde al parecer no existen  incompatibilidades sobre las puertas giratorias entre la sanidad pública y la privada, donde es mejor protegerse de quien guía su vida con un único pensamiento y objetivo cuyo fin justifica los medios. Un modelo de una sociedad fragmentada y confrontada extendiéndose en un país sin capacidad de cohesión y suma, donde hay 50.000 niños malnutridos, 16.500 empresas cerradas ya, casi un millón de desempleados, 1.300millones de euros recortados en educación, sanidad y bienestar ,128 casos de corrupción abiertos o un millón de euros evaporados en la construcción nacional mientras no hay presupuestos anuales. En definitiva un sin fin de ingentes cantidades de recursos y dineros en definir, ensalzar y pregonar la diferencia por bandera , el y tu más o el nosotros y “los otros”. 
Que no te cuenten milongas, no existe tal código binario, en realidad solo existe una dicotomía real e inquebrantable, los que viven de ello y los que malvivimos por ello.