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miércoles, mayo 09, 2012

¿Andará Robín, bin, bin debajo un botón, ton, ton?

Realmente si te paras a escuchar, puedes sentirte cual cesta de la ropa sucia donde van a parar todo tipo de trapos sucios, ecos o curiosas, variopintas y variadas experiencias explicadas en tono lastimoso, indignado, desconcertado y sobre todo desesperanzado. Y lo peor es que la sensación e impresión no mejora o varía con el paso del tiempo, si no que las voces se hacen ya grito por la cantidad y pluralidad, y cada vez es más común la desazón, como un murmullo recurrente, cansino y ensordecedor. En un punto sin retorno y como si ratones encerrados en un laberinto sin salida dando vueltas medio desquiciaos fuéramos, cada vez es más compartida la impresión empática de ser algo así como lechuguinos pasivos zarandeaos pagadores de …, porque eso sí, pagar pagar, me temo no todos pagamos por igual. Sin ir más lejos, la lista de pequeños empresarios y autónomos acosados por hacienda y tesorería no tiene fin, estando en la ruina total, teniendo cuentas pendientes con el fisco, con tesorería, el ayuntamiento o cualquier administración que se precie de acosadora como es debido, y habiendo pasado por, o manteniendo colapsados los juzgados con causas abiertas y/o pendientes de liquidar, se encuentran absolutamente destinados al ostracismo. Los hay que malviven, otros los más afortunados, tras la sangría de cierres y el varapalo colectivo consecuente y otro montón más a la lista del paro, (esa que dicen que si fuera fila india, más que una ardilla pasaba una marabunta de ardillas de punta a punta del territorio sin tocar suelo), han conseguido encontrar un trabajo incluso, pero este no les permite ni tan siquiera malvivir, si no simplemente les alcanza para pagar esas deudas casi eternas. Historias mil, padres con custodia compartida que se debaten entre jornadas maratonianas para poder pagar (los más agraciados) y la atención a su prole, empresarios venidos a menos viviendo de ocupas pese a haber conseguido trabajo,(puesto que lo que ganan prácticamente se lo queda todo directamente las administraciones adeudadas), autónomos con el patrimonio consumido a lo largo de esta crisis non stop y sin haber podido alcanzar un mínimo de cotización a las puertas mismas de su jubilación… Aisss “El que la hace la paga” dicen, que se lo digan a los acosados por el fisco. La falta de honestidad en unos casos, de rigor en el trabajo en otros, el pirateo, los desfalcos, defraudar por sistema al más puro estilo “pringao el que cumple” o la falta de cierta profesionalidad de algunos, que NO todos, o incluso falta de conocimientos o preparación y en su mayoría el correr excesivos riesgos junto con una crisis salvaje, les pasa factura. Pasa factura a nuestra exigua red empresarial, compuesta en su mayoría por autónomos y pymes. Y todo ello mientras es de conocimiento público y extendido, que las malas prácticas del sistema financiero fueron las responsables del origen de la crisis actual con su fantástica burbujita inmobiliaria de champan, fiesta y glamur y la falta de profesionalidad de sus directivos nombrados a dedo cual fichas de ajedrez, de color rojo o azul, DERECHA O IZQUIERA,tanto monta, monta tanto, pero sin pasarles factura. QUe estos NO que no pagan. Ni pagan aquellos que allá por el 2008 se vanagloriaban de que el sistema financiero español era el más sólido del mundo, como el Presidente del Gobierno y el Gobernador del Banco de España por ejemplo, ni aquellos que permitieron que los dirigentes financieros corrieran tamaños riesgos, o se blindaran copiosas indemnizaciones, bonos y millonarias jubilaciones. Ni pagan aquellos que gozan de medidas como la amnistía fiscal o los indultos a financieros y políticos. Pero es más, no solo no pagan, si no que nos pasan la factura a los de siempre, a los pringaitos que cumplen, a esos mismos pringaitos a los que les tienen el grifo bien cerrado. En una total y absoluta incongruencia, debemos prestar a aquellos que NO nos prestan. Hoy mismo escuchaba de alguien a quien su gestor ante un proyecto al más puro estilo emprendedor, le decía y aleccionaba a no cometer la osadía de intentarlo, puesto que la DENEGACION estaba asegurada, pero ni tan siquiera tras abrir el dosier y evaluarlo, NO, porque es condición habitual, “LO DENIEGAN POR NORMA A TODO EL MUNDO”, y se quedaba tan ancha. Y es que al parecer la deuda pública tiene la culpa, que a los ladrillos de la burbujita del champan se le suma la megamorosidad de la administración y así suma y sigue en un eterno bucle sin fin, cuya solución se ha venido a llamar PODA Indiscriminada,(que a mi lo de recortes me parece una nimiedad de palabra), del sistema igualitario de condiciones de un estado de bienestar en plena decadencia y medio moribundo. Pero no acaba ahí la cosa, para más INRI recién se enciende la bombilla del afán recaudatorio y es cuando una ya se lía la manta a la cabeza y medita la posibilidad de comprarse un arco al más puro estilo Robín de los bosques. Las tasas se engordan y acrecentan, pero todas, todas,todas,cual "Diezmo del Medievo" y aquí no hay ningún papa que lo arregle todo, todo, todo con seguro incluido. De pronto las revisiones y plazos vencen sumamente sintónicos y en harmonía, IBIS, catastros et al , que ni el Comisario de Nottingham recaudaba tanto. Y el no va más es la ondanada de Sres. inspectores de la inspección, que capaces son de encontrarte hasta un ratón, ton, ton, debajo un botón ton ton sin ni tan siquiera llamarse Martín, tin tin. Que incluso existe ya la solicitud y cumplimiento de realizar certificaciones periódicas OCA de las certificaciones ya realizadas por esas mismas u otras OCAS, todos locos. Dicen que cuando hace mucho frio lo mejor para que no estallen las cañerías es dejar un hilo de agua corriendo, pues me temo nadie lo ha tenido en consideración desde nuestras mentes gobernantes, que al parecer al enemigo ni agua nos dan. Mal asunto, cuando la administración que debería estar al servicio de todos puesto que somos todos quien la sustentamos acaba convirtiéndose en el peor enemigo del ciudadano y aquellos que deben velar por salvaguardarnos y gestionarla, la maldita casta política, parece andar más focalizada en las citas electorales que ponen en juego intereses vitales de los partidos y sus cúpulas. O peor, están completamente afianzadas en una red clientelar de enchufados, asesores y payasos varios que les disuade de adoptar medidas de racionalización del sector público en los estamentos más significativos, inoperantes e inútiles, del perfil rancio del vuelva usted mañana, donde la racionalidad y la eficiencia brillan por su ausencia. Optando por el contrario por recortar las funciones primordiales y básicas de ese sector público, médicos, maestros, policías… mientras se permite que las numerosísimas entidades y empresas públicas sigan consumiendo el grueso de sus presupuestos en su propio mantenimiento. En fin, todo tipo de trapos sucios, ecos o curiosas, variopintas y variadas experiencias explicadas en tono lastimoso, indignado, desconcertado y sobre todo desesperanzado. Y es que necesitamos un Robín Hood, que como poco se nos ponga los calzones, la pluma y el arco e igual nos animamos y entro todos acabamos desmantelando al comisario, que en esta vida dicen todo es ponerse.